domingo, abril 24

SOTO DE CANGAS- PANDÉBANO

Con las flautas a otra parte.
Hasta donde llegase. ¿Sotres? Por ejemplo...


Qué ilusión pasar ese túnel con mi BH

Te veo, no te veo, te veo, no te veo...

Pero más ilusión fue ver EL URRIELLU


 EL URRIELLU

En el  restaurante que hay en Poncebos, repuse fuerzas. Buen quesu el de Cabrales. A partir de ahí, dura tarea la que me esperaba. Mantenía la idea de ir a Sotres. De echo a las personas con las que hablé, les dije que iba allí, a Sotres.


Luego mientras subía yo misma me fui animando. Puedo subir a Pandébano me decía.

Recordaba la primera vez que subí caminando desde Arenas de Cabrales a Vega Urriellu con la mochilaza. Ya ha pasado tiempo, y que suerte poder hacerlo ahora en bicicleta también.

Volver a disfrutar con la misma intensidad, o mayor aún, de todo lo que la naturaleza nos regala.

De las cuestas, de las curvas de la vida y seguir con las mismas ilusiones.

Porque el agua que fluye lo suaviza todo, lo clarifica todo a su paso.

 Querer es poder

En ocasiones es cuestión de agudizar el ingenio.

Tielve

Para vivir un otoño...

Cerca, muy cerca. Pandébano.

Zig-Zag y en Pandébano.

Solo me quedaba el último repecho, el más duro de todos. En algún momento me bajé y tiré de la bicicleta. Quería llegar a Tenerosa para ver el Urriellu desde allí, pero empezó a llover y lo que hice fue montar la tienda. No había necesidad de mojarme y físicamente estaba  algo cansada.

Merecido descanso. Manzana, Internet, unas letras... Cena

Antes de dormir para descansar, una infusión escuchando los sonidos de la noche.

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